La Perseverancia (Cap. 13)

La perseverancia, una pequeña palabra, pero con un grandísimo significado en los resultados de nuestra vida en las metas que nos fijamos. En cada una de nuestras áreas de relación de nuestra persona, la perseverancia está presente; en la escuela: para obtener buenas calificaciones, en el trabajo: para llegar cada día a tiempo, en el hogar: relacionarse lo más adecuadamente posible, etc.

Dentro de la iglesia o en el servicio que hacemos para Dios dentro de ella, no es la excepción. Todo en la vida para lograr algo se deben tomar en cuenta dos factores muy esenciales: el iniciarlo y perseverar hasta lograr la meta. Cualquiera dentro de la iglesia, ya hablando particularmente, puede iniciar algo; ya sea algún proyecto con los jóvenes, armar un grupo de alabanza o cosas más simples como ofrecerse a hacer el aseo, pero la parte medular o principal del meollo, no está tanto en iniciar ese algo, sino de mantenerlo y/o perseverar en lo que se hace.

La Biblia nos habla acerca de la perseverancia y su grande importancia en cuanto a nuestra fe, pero no solamente se trata de fe, ¿Qué quiero decir con esto? Que yo siendo una persona fervorosa y entregada a las cosas de Dios (orar, leer la Biblia, alabar, etc.) y digo que tengo mucha fe, planteo un plan de acción para poder hacer un equipo de talentos dominical dentro de la iglesia, más sin embargo, no hago nada para llevarlo a cabo y sigo esperando en “fe” hasta que Dios haga eso, entonces no estaría poniendo por obra la perseverancia, quiero hacerlo, pero la fe no es suficiente para poder hacer realidad esa meta si no hay un inicio y una perseverancia de por medio, ya que en Santiago 2:26 dice:

-“[…] la fe sin obras es muerta”- no puede lograrse eso si no hay algo que literalmente me ayude a llegar a cumplir esa meta.

Así mismo, Dios nos habla y nos expone que la perseverancia es importante en todo, y mucho más dentro de las cosas que se le atribuyen, como claramente nos dice al final del texto 25 de Santiago 1: -“[éste será bienaventurado en lo que hace]”-

Concluyo diciendo que si como personas hemos iniciado algo dentro de nuestra vida, esforcémonos por lograr esa meta perseverando en ello, y aún más si se trata de algo para el servicio de Dios, ya que como nos dice Apocalipsis 2:10 –“[…]Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida”- la cual es nuestra principal y suprema meta, vivir con Cristo por toda la eternidad.