¿Donde está mi tesoro? (Cap. 8)
- Levi Vazquez
- 5 jun 2018
- 4 Min. de lectura

Mateo 6:19-21 –“No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón”-
En estos versículos, como en toda la biblia, Dios nos muestra grandes lecciones y enseñanzas para crecer como personas y para crecer espiritualmente. En estos se encuentra una grande enseñanza y declaración de hacia dónde debe estar enfocada nuestra fe y nuestra mirada, sin embargo, muchas veces las declaraciones de Jesús hechas durante su ministerio, desataron una serie de controversias entre los escribas, ya que ellos juzgaban la persona de Jesús y creían imposible la plenitud del Padre en él, por lo tanto, daban a conocer su descontento con él por influencia del enemigo en sus corazones y por lo finito de sus necias mentes.
Interpretaban de manera literal muchas de las declaraciones explícitas en la Biblia dadas a conocer por Jesús, lo que actualmente muchos creyentes piensan. Haciéndose a la idea de que un cristiano debe vivir pobremente o escasamente en el ámbito material y que solamente así se alcanzará una vida de supuesta santidad.
Debo aclarar en base a la Biblia que Dios no desea que nosotros vivamos en una vida de carencias materiales o que vivamos siempre a las “acabaladas”. Muchas veces Dios nos quiere bendecir de una gran manera material, pero somos nosotros los que nos reusamos a recibirla; Si fuera lo contrario, entonces Jesús mintió al declarar en:
Mateo 7:7-12 [7:7 Pedid, y se os dará; buscad, y hallaréis; llamad, y se os abrirá.]
-Nunca deberíamos vacilar en cuanto a las ricas bendiciones de Dios (7:7-8) porque su generosidad excede por mucho nuestra comprensión de la generosidad (7:9-11)-

Ya aclarado lo anterior, desglosemos lo que el Señor Jesús quiso decir en Mateo 6:19-21.
Él dijo que no nos hiciéramos tesoros en la tierra donde todo es vano y corrupto, donde nada nos sirve para una salvación, donde está el placer, pero no se encuentra Dios, donde todo pasa y se termina algún día. Sino que nos hiciéramos tesoros en el cielo, donde está el gozo, la paz, la vida y la alegría eternas.
Porque donde esté nuestro tesoro o recompensa y/o retribución, allí también estará nuestro corazón. ¿Qué quiere decir esto? Que sea cualquiera de ambas cosas que anhelemos o busquemos, allí estará nuestra atención, nuestro deseo. Por lo tanto, si ambicionamos tener lo mejor de lo mejor (Casa, coches, ropa, zapatos, reloj, TV, etc.) siempre nuestro objetivo será tener más y más, y nuestra sed de lujos jamás quedará saciada, como dice en:
2 Corintios 4:18 no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.
En cambio, si nuestro tesoro es la eternidad, nuestro enfoque y dedicación siempre será buscar lo que es interminable e infinito, alcanzar a Dios.
Colosenses 3:2 Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.
Por eso, esto que ha sido tema de discusión entre creyentes, argumentando algunos que no es bueno tener una buena casa, coche, trabajo, ropa, etc. porque creen que es vanidad y que no hay un enfoque en las cosas espirituales. Eso es totalmente falso, no por el hecho de tener algo bueno o vivir bien en los ámbitos de nuestra vida, significa que solamente estemos buscando los tesoros terrenales y no los del cielo, porque hay muchas personas cristianas que han sobresalido y han honrado a Dios en sus vidas y que no escatiman sus riquezas para alabar al Eterno.
Un ejemplo claro de esto es el Apóstol Pablo que declaró en:
Filipenses 3:7-8 Cuantas cosas eran para mí ganancia, las he estimado como pérdida por amor de Cristo.
Y ciertamente, aun estimo todas las cosas como pérdida por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor, por amor del cual lo he perdido todo, y lo tengo por basura, por ganar a Cristo.
Nuestras cosas materiales no quieren decir nada si tu fe está en Jesús. Nuestras bendiciones por parte del Eterno (Casa, coche, trabajo, ropa, zapatos, etc.) no deben definir nuestra cantidad de fe en él. Si él te ha dado una buena casa o cualquier otra cosa, síguele adorando, alabando y honrando, no permitas que lo material condicione tu servicio a Dios.
Ciertamente nuestra recompensa no está aquí en la tierra, sino en el cielo. Si Dios en su amplia generosidad nos ha bendecido con cosas materiales, gloria a su nombre, y si no lo ha hecho, gloria a su nombre. Así es y será siempre.
Medularmente, Jesús en su declaración de no hacernos tesoros en la tierra, se refería a lo que está escrito en:
1 de Timoteo 6:10 porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasado de muchos dolores.
No es malo tener una bonita casa, un buen coche, ropa bonita o un excelente trabajo, lo malo radica en el hecho de siempre codiciar y amar lo material que deseamos y sacamos por completo a Dios de nuestras vidas.
Por lo tanto, concluyo que siempre debemos buscar las cosas eternas, siempre estar en comunicación con Dios, jamás quererlo cambiar por nada de este mundo; ya que nuestra recompensa en el cielo es grande. Mas, sin embargo, si Dios te ha bendecido con una buena vida material, alábale y adórale, y si no lo ha hecho, alábale y adórale, la fe no es condicional ni es de entre más posesiones más fe, menos posesiones menos fe. El punto es donde se encuentre el enfoque de tu corazón fuera de las bendiciones que nos da siempre el Señor, si en el tesoro terrenal temporal o en el tesoro en el cielo infinito.
1 de Tesalonicenses 5:18 Dad gracias en todo, porque ésta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús.
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